martes, 15 de marzo de 2011

La vida desde el aire





Me desperté volando muy alto, un aire helado me acariciaba la cara y me tiraba del pelo suavemente, me masajeaba el pecho mientras cruzaba entre las nubes, descendiendo bajo ellas para ver el paisaje; un paisaje verde como no había visto nunca. Bajo mis ojos se extendía una selva tropical tan espesa que apenas se distinguía lo que había bajo los árboles, lo único que se veía claramente era un río que bajaba serpenteando desde lo alto de la montaña. Bandadas de pájaros de colores lo cruzaban de un lado a otro, como un arco iris viviente, mientras el río tomaba vida cuánto más me acercaba a sus aguas. El olor, el calor, la vida de aquel lugar... Era impresionante. Volé otra vez hacia arriba para retomar la perspectiva, me paré en el aire para contemplar aquel paisaje y lo que vi me impresionó tanto que pensé que nunca volvería a ver alto tan bello. Extendí mis brazos hacia las montañas, como si pudiera abrazarlas, y para mi sorpresa, mis brazos no eran brazos si no alas, y cuánto más grandes parecían mis plumas, mas pequeñas parecían las montañas. No me fue difícil rodearlas y estrecharlas contra mi pecho, lo hice con tanta fuerza que en poco tiempo el paisaje y yo fuimos una misma cosa.
Recuerdo que entonces pensé:
Nunca volveré a abrazar nada tan bello.

Entonces volví a despertar, esta vez en mi cama, con aquella música que sonaba en mi despertador todas las mañanas, una preciosa canción que me traía tantos recuerdos... Me estiré, me froté los ojos y al volver a abrirlos tu estabas allí, sentada frente a mi, mirándome con una sonrisa en los labios.
Buenos días mi amor, ¿Qué tal has dormido hoy?
No te contesté, solo te devolví la sonrisa y extendí mis brazos hacia ti, te rodeé con mis brazos y te estreché contra mi pecho mientras sentía tu pelo acariciando mi cara, tu olor inundando todos mis sentidos y tu cuerpo dando todo su calor al mío.
En ese momento, los dos nos fundimos en uno y pensé:
Me equivoqué...

lunes, 14 de marzo de 2011

Paraíso ondulado




Estoy sobre el puente, apoyado en la barandilla viendo el río pasar, observando como se van formando más y más olas que, lentamente, se alejan de mi vista.
Es algo que me relaja, ese movimiento ondulado, lento, repetitivo, me lleva a un estado hipnótico que deja mi mente completamente en blanco. Podría pasarme horas allí viendo las olas pasar, viendo como alguna rama perdida pasa lentamente bajo el puente y se pierde río abajo en su camino hacia el horizonte.
Llevo ya varias horas allí, sin pensar en nada, pero pronto mi cabeza me juega una mala pasada y vuelven los mismos pensamientos que me llevaron hasta allí. Violencia, horror, miseria...
Me veo a mi mismo, armado con un palo contundente, mi mirada está llena de odio, de rabia, de dolor. Persigo a alguien, siento el miedo en su cara, pero eso no me detiene. Le alcanzo y descargo contra él toda mi furia. La sangre corre por su cara, mancha toda su ropa, me salpica los ojos... Pero no me detiene.
Le veo tendido en el suelo, inmóvil, mientras pienso en lo que he hecho, en el porqué de tanta rabia, y le miro a la cara. Su cara me resulta familiar, aunque es difícil de reconocer con tanta sangre. Me sorprendo, me asusto, salto hacia atrás al descubrir que su rostro es el mío, no entiendo nada... ¿No soy yo quien golpea?
Corro buscando un espejo, pero es mi rostro el que vuelve a asomarse a él. Me miro extrañado y mi propia imagen me dice:
"Ya has matado al monstruo".
Esta vez el sobresalto es tan grande que mi mente sale de ese sueño enfermizo y vuelvo a la realidad de golpe, al puente, donde me encuentro agarrado a la barandilla, tenso, con el cuerpo rígido, las manos hinchadas de apretar el frío hierro y apoyado hacia delante, de puntillas, como si fuera a lanzarme en cualquier momento.
Una rama me hace concentrarme de nuevo en el río, las olas la arrastran lentamente muy cerca de la orilla, incluso parece que va a engancharse con la vegetación que entra en el río. Mi cuerpo se relaja, mi mente la sigue... ¿Conseguirá llegar hasta la línea del horizonte...?
Veremos...