martes, 15 de septiembre de 2009

Los amos del mundo


Estaba dando marcha atrás a mi coche cuando, de repente, noté que tocaba algo con mi rueda trasera izquierda, acabé de aparcar y al asomarme, vi una enorme rata aplastada junto a mi coche, agonizante, me senté con la puerta abierta y me dediqué a observar su penosa agonía mientras encendía un cigarro. No se cuanto tardó en morir exactamente, unos cuatro o cinco cigarros aproximadamente, lo curioso es lo que empezó a pasar a su alrededor durante aquel tiempo, todo un arsenal de pequeñas hormigas empezaron a llegar poco a poco, primero una descubrió y examinó el pelaje sangriento y aplastado de aquel asqueroso bicho medio muerto, volvió por donde había venido y poco después de que dejara de moverse cientos de aquellos pequeños insectos ya rodeaban el cadáver y empezaban a despedazar lenta pero eficazmente las partes blandas del animal, partes blandas que estaban esparcidas por todas partes ya que el golpe había sido fuerte y tenía las tripas al aire. ¿Que por qué me quedé atontado viendo aquel espectáculo asqueroso? Quién sabe, pero la verdad es que durante un buen rato, quizás horas, me sentí casi como un Dios, allí arriba, viendo la vida y la muerte en aquel pequeño mundo, incluso lanzaba rayos y truenos desde mi alto Olimpo cada vez que consumía uno de mis cigarros, tratando de imaginar que se les pasaría por la cabeza a aquellas pequeñas recolectoras cuando una de esas enormes bolas de fuego les cayeran encima desde el cielo matando a varias de ellas y entorpeciendo su quehacer. Pero de pronto me di cuenta de algo y es que aquel pequeño ejército estaba tan bien organizado que incluso con un cruel (y falso) Dios sobre ellas castigando sin motivo sus vidas cada dos por tres seguían trabajando incansables, incluso los soldados caidos eran retirados en piezas como si de otro fardo mas de comida se tratara. Por un momento pensé que si quisieran podrían incluso organizarse y cargar contra mi por mi atrevimiento de meterme en sus vidas, pero enseguida me di cuenta de que su organización era tan buena que no perderían el tiempo en luchar contra un idiota tan grande, era mucho mas importante seguir despiezando su presa ya muerta que perder tiempo y efectivos conmigo, a no ser, claro, que tuvieran que defenderse, eso ya sería otra cosa... Total, que tras un par de horas viendo hormigas despedazando una puta rata muerta que yo mismo había aplastado con mi coche no solo llegué a la conclusión de que fumo demasiado (tanto como me aburro), que es apasionante pensar como unos pequeños insectos son capaces de organizar una comunidad de millones de individuos y no solo hacer que funcione, si no que lo haga extraordinariamente y mientras, el que se supone que es el animal racional del planeta se dedica a perder una tarde viendo un espectáculo asqueroso de vida y muerte mientras se mata a sí mismo metiéndose mierda en los pulmones por no volver a su triste y solitario hogar donde lo mejor que se le ocurre hacer es poner la tele para ver como otros tristes seres racionales como él mismo se matan entre ellos por motivos tan ridículos como el precio del petróleo, creencias religiosas, atracos por dinero, celos, envidias y tantos y tantos motivos idiotas que podría pasarme la tarde enumerando. Por un momento, sentí envidia y hasta ciertas ganas de llevarme mi trocito de rata para compartirlo con ellas, pero por desgracia, no creo que me invitaran...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

He visto tu blog y me ha parecido buenisimo. Enhorabuena. Te invito a que visites el mío. Está un poco vacío porque tengo una pagina web donde tengo todas mis reflexiones. Pero hay algún relato bueno.

http://estoesunaralladakeflipas.blogspot.com

Deborah dijo...

Buenisima entrada.Me encanta leerte!Piensas igual que yo acerca de ciertas cosas (jajajaja).Tenemos que dejar de fumar..Yo tambien encontre una rata muerta unos meses atras y le tome alrededor de cinco fotos.Mis hijos me dijeron que no era normal,Joder!Monchito no mates mas ratas porfavor,jajaja! Me encanto muchisimo tu escrito ,como siempre!Besitos de madera

Monchito dijo...

Gracias Deborah, pero dejé de fumar hace ya años... Me venía mal para el barniz de los labios... Si puedes, hazlo tu también, se disfruta mucho mas de todo (siempre puedes ver ratas muertas mascando chicle para pasar el tiempo... jeje).

NERIM dijo...

Ummmmmmm, me pararé a reflexionar sobre éste escrito.
La ocasión lo merece.
Yo no me quedo mirando una rata muerta, ni idem!!

Bueno, si sirve para reflexionar, a lo mejor un poco...

Deborah, yo tb djé de fumar hace años (aunquea mí se me sigue estropeando el barniz)

Monchito un besazo jumentoso pa ti.

SILVIA dijo...

5 cigarrillos tardó en morirse la jodía rata?
Ya se sabe Monchito, que aquí no hay feria mala, y las hormiguitas tenían que comer...BRRRRRRRR!!!!
Escalofríos me dan de imaginármelo.
" Eres la leche".
Yo no he dejado de fumar, ni pienso hacerlo, porque me ennncaaannntaaaa!!!! Que le voy a hacer, soy una viciosilla.
Muy buen relato Monchito. Crudo, pero bueno.
Mil besitos!!!