domingo, 6 de diciembre de 2009

Remendando velas



Cuando más ruge el oleaje, cuando menos fuerza tienes para remar contra la corriente, cuánto más te sopla el viento en contra acabando de destrozar tus velas, justo en ese momento en que te vuelves a plantear el tirar la toalla y dejarte llevar, es cuando la vida te recompensa por todo el esfuerzo que has hecho luchando para agarrarte a ella y te manda un soplo de esperanza. A veces, ese soplo viene en forma de viento a favor, otras veces en forma de abrazo cargado de amor, de beso pasional, de trabajo, de sonrisa, de billete...
Nunca sabemos como, pero de vez en cuando, la vida te manda un guiño cómplice y te recuerda que es bueno luchar, que no hay que rendirse; algo que te recuerda que vida no hay más que una y que no hay que desperdiciar el tiempo.

2 comentarios:

SILVIA dijo...

¿ Sabes Monchito ? en plena crisis de ansiedad, tu entrada ha sido mi guiño, mi soplo de airecito fresco.
Gracias amigo.
Mil besitos!!!

Monchito dijo...

de nada, al revés, me alegro de que mis cosillas te sirvan, eso me hace mucha ilusión.