martes, 18 de agosto de 2009

Tranquilo


La ciudad está sitiada, las mujeres y los niños lloran, algunos tratan de escapar o de esconderse, como si eso fuera a evitar su destino, que no es otro que una muerte segura. Otros tratan de evitar lo inevitable buscando valor para enfrentarse a nuestros enemigos en el fondo de un vaso de vino mientras gritan que venderán caro su pellejo y gilipolleces por el estilo.

Y yo... Yo sigo aquí, afilando mi espada con calma, tranquilo, relajado, disfrutando del momento, porque se que aunque mi destino también será la muerte yo no la temo, al contrario, ha llegado mi momento, el momento que siempre estuve esperando, cientos de enemigos frente a mi espada y mi escudo, cientos de víctimas preparadas para derramar su sangre a cada golpe de mi brazo, cientos de cascos intentando cubrir calaveras de los golpes de mi espada, cientos de objetivos contra los que derramar mi odio y mi rabia a base de gritos y golpes. Aún es pronto, por eso estoy tranquilo, aun hay tiempo de disfrutar el momento previo a la batalla, y no le temo a la muerte, porque al fin ha llegado mi momento. No se si cargaré contra uno o contra cientos, si me dará tiempo a descargar toda mi rabia contra ellos o serán ellos los que me la arranquen a golpe de hacha o espada, pero al menos se que ya no estará ahí cuando acabe el dia.

Sigo escuchando gritos y lamentos, arengas de soldados muertos de miedo en el fondo, plegarias que morirán con sus dueños, lágrimas cargadas de sueños rotos.

Y yo... Yo sigo ahí, tranquilo, afilando mi espada... Disfrutando mi momento...

2 comentarios:

SILVIA dijo...

Que buen relato!!!! me ha encantado. " Tranquilo... disfrutando mi momento..." genial!!!
X cierto, he oido algo sobre poner en papel a Monchito?? Yo quiero verlo!!!!!!!!!!!!!!!. Mil besitos amigo!!!

NERIM dijo...

Ponte a la cola, guapa!!
Que antes me lo he pedido yo.
Aunque éste Monchito es tan vaguete (y no lo digo porque sea un peazo pan, que también) que seguro que se le olvida pedirnos la dirección pa mandarnos uno.
Anda Monchito, que prometemos compartirlo.
Hala, ahí te dejo éso.

Por cierto el relato, sin palabras. Genial.
Besazossss