viernes, 27 de noviembre de 2009

El dia después




Hoy me siento como si me hubieran arrasado por dentro, algo que se nota por fuera, claro, no hay más que ver con que cara me he levantado esta mañana. Hoy he vuelto a sentir la tristeza más profunda y mil y un fantasmas han recorrido mi cabeza volviéndome a recordar tiempos peores, aquellos tiempos en los que me sentía podrido por dentro, donde este blog era mi alimento diario y a la vez el cubo donde vomitaba mi desilusión y agonía. La única diferencia entre el tiempo pasado y ahora es que, poco a poco, voy descubriendo las armas que me permiten enfrentarme a esos fantasmas que tanto daño pueden hacer, atacando en lo más profundo de nuestro ser, tocando donde más duele, haciéndote sentir un cero a la izquierda. Y no hay más arma que contraatacar con sus mismas armas, levantándose cada mañana blandiendo el arma más poderosa que tenemos y que no es otra que nuestra propia autoestima, el saber que hay quien nos aprecia tal como somos, que cada uno de nosotros es un ser único y maravilloso, con algo especial que le distingue de los demás, con algo que le hace inigualable, insustituible.
Al final, lo que empezó como un día triste (nunca es fácil cuando acabas de perder un buen amigo) que amenazaba con no dejarme levantar de la cama ha cambiado a un día más, a otro día con sus cosas buenas y malas, a un día de limpieza en casa, siguiendo la rutina diaria, a un día de catálogo de juguetes para los sobrinos...
En resumen, hay que mirarse más al espejo y acostumbrarse a lo que hay, porque sea como sea, seguro que es maravilloso.

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