lunes, 12 de octubre de 2009

El colmo de la superación


Hace poco conocí a una de esas personas que te dejan el corazón en un puño, ciega y sordomuda, no solo se negaba a pedir ayuda si no que seguía viviendo sola, en una gran casa heredada de su madre y ella sola se valía para todo, le bastaba con seguir ciertas normas de aprendizaje que estudiaba en otra ciudad a unos 50 kilómetros de su casa donde, por supuesto, se desplazaba ella sola en autobús una vez por semana, además aprovecha las tardes para ir al gimnasio ya que también tiene problemas musculares y necesita ejercitarse bastante.
Sí, los que conozcais mi blog sabreis que las historias que escribo son irreales en su mayoría, aunque siempren lleven parte de mi, inevitablemente. Pero en esta ocasión, esta es una historia real, sobre una persona real. Una persona que es capaz de luchar contra todo lo que se cruza en su vida y saltárselo (con más o menos esfuerzo) para seguir adelante. No voy a entrar en otros detalles de su vida, porque aparte de conocerlos solo de oidas y no tenerlos contrastados, tampoco vienen al caso, bastante duro ya es perder sentidos como el oido, la vista y la capacidad de hablar. Si a todo eso sumamos que por esos detalles en los que no voy a entrar, esta chica (de unos 35 años) se ha visto obligada a luchar sola desde hace años, ya no solo estamos hablando de una luchadora, si no de una mujer casi sobrenatural, capaz de enfrentarse a la vida, plantarle cara descaradamente y vencerla por K.O, porque no solo he visto a una mujer con ganas de vivir y seguir luchando, si no que me he encontrado al mirarle a la cara a una de las sonrisas más dulces y puras que he visto nunca, el simple hecho de visitar a una amiga ya le ha iluminado la cara, y su expresión al tocar a un bebé con sus manos es algo que nunca olvidaré, esa sonrisa burlona, cómplice, tan inocente como la del niño que recibía su caricia.
He visto la esencia de la vida en unos segundos, un enano de 3 meses sorprendido ante una desconocida y una desconocida, ciega y sordomuda, sorprendida ante el suave tacto de un enano de 3 meses. Él, inocente, acabó llorando (hay que decir en su defensa que estaba cansado porque le jodimos la siesta), pero ella, no menos inocente, iluminó la casa con su sonrisa y no pudo impedir que su boca soltara una casi-carcajada de felicidad y sorpresa. Tardaré tiempo en borrarme esa imagen de mi mente porque, ciertamente, es de lo más bonito que he vivido nunca. No he tenido ocasión de hablar con ella, ya que no es fácil seguir el ritmo de su tablilla adaptada al braile (o como se escriba...), pero he quedado tan impresionado por su fuerza y su coraje encerrados en un cuerpo aparentemente tan frágil e inocente, que me he echado una mirada por dentro y no he podido evitar reirme de todos esos problemas que tanto me agobian y que, al fin y al cabo, se pueden superar luchando, solamente, con unas gotas de alegría, esfuerzo y ganas de vivir.
A veces, hay que mirar al dolor a los ojos para enfrentarte a tus monstruos, pero si te fijas bien, siempre hay un amigo en el camino dispuesto a prestarte unas buenas gafas para que veas que ni existen monstruos invencibles, ni las cosas son tan malas como las ves. He conocido a una chica con problemas... Con muchos problemas, y he visto en ella a un ejemplo de superación y felicidad. Me he quedado con ganas de abrazarla y darle un buen par de besos, pero he pensado que podría interpretarlo como un símbolo de pena y compasión, cuándo en realidad, lo que quería expresarle era admiración y agradecimiento, por lo que, al final, he optado por no decir nada, dejarle seguir su camino y quedarme solamente con su recuerdo, bien guardado, como un cromo de la suerte que pienso utilizar cuando las cosas me vengan grandes.
Gracias por tu ejemplo, se que no leerás esto, ni creo que te lo comenten, pero me ha encantado conocerte.

1 comentario:

NERIM dijo...

Alguien debería contarle a ésa persona todo lo que ha sabido transmitirte sin palabras.
No olvides nunca que tú también eres único;
mucha gente hubiera quedado indiferente ante semejante lección de vida y superación.
Personálmente tu experiencia ha llegado en el mejor momento que podía llegar a mi vida, cogeré las frases prestadas y las colgaré en mi cabecera para leerlas todas las noches en las que mi cabeza se vaya por peteneras.
Bueno, después de todo, parece que la madera es noble y a veces, sólo cuando es necesario se cuelve un poquito serrín...
Que te quiero un montón, aunque últimamente me tienes abandonada.
Mil besos de madera o lo que quieras.