lunes, 5 de octubre de 2009

El largo regreso a casa


Conducía tarde, cansado y medio dormido después de varias horas al volante, pero me resistía a parar porque ya estaba cerca de casa y al fin podría descansar a gusto. Pero entonces pasó, pasó tan rápido que no se en que momento perdí el control del coche, quizás me confié demasiado al entrar en aquella curva, aquella curva que tantas veces había pasado sin problema, pero aquella tarde, entre el cansancio, la confianza y puede que algo más que hubiera en la curva, perdí el control por completo y mi coche salió disparado fuera de la carretera y comenzó a dar vueltas y más vueltas de campana a una velocidad endiablada. Mientras, dentro de aquella noria del infierno, el tiempo pasaba despacio, muy despacio y miles de imágenes comenzaron a pasar por mi cabeza.
De repente vi a mi novia, sonriente, acercándose hacia mi para abrazarme y darme un beso. Vi a mi abuela, frente a mí, estábamos comiendo juntos uno de aquellos platos que tanto me gustaban, y también me sonreía mientras me tendía la mano. Mi madre me miraba medio sonriente, pero con cara de preocupación, incluso vi una lágrima resbalando por su mejilla, mientras, mi padre me miraba con cara seria, intentando esconder la tristeza de su cara y reprimir las lágrimas mientras me tendía la mano con cara de estar muy orgulloso de mi. Vi a mis hermanos y hermanas, me decían adiós entre risas, besos y abrazos, mis sobrinos jugaban conmigo y me pedían que no me fuera. Vi aquella cara que me sonreía en el autobús cada mañana cuando iba al instituto, hacía años que no pensaba en aquella chica, o aquella otra de sonrisa contagiosa y eterna alegría, aquella mirada azul capaz de alegrarte el día y aquellas sábanas tan suaves... Vi a mi mejor amigo, me invitaba a una cerveza, tras él había otros amigos que levantaban sus vasos intentando que aceptara la invitación. Por supuesto, no todo fué bonito, también aparecieron por medio algunas decepciones, desamores, discursiones y desilusiones, pero apenas me fijé en ellas. Vi como el tiempo se iba deteniendo, sentí un golpe que paró el coche en seco, y fue ahí donde me relajé. De repente un gran dolor sacudió todo mi cuerpo, pero pronto fue tan fuerte e intenso que desapareció de golpe. A partir de ahí todo se fue volviendo cada vez más tranquilo y oscuro, algunos seres queridos mas pasaron por mi mente, pero cada vez más lejos, más serios, más borrosos. Empecé a sentir frío, cada vez más, pero no me molestaba, porque al mismo tiempo una sensación de paz me iba invadiendo a la vez que que todo se iba apagando. Aquel fue el fin (o el principio) de mi viaje, fue lento, algo doloroso, pero dulce y emotivo, un viaje que no esperaba y que me trajo tantos recuerdos que, tristemente se borrarán conmigo con la luz que cada vez se va apagando más y más. Vuelvo a casa...

No hay comentarios: